Dios ha hablado, ¡ESCUCHAD!

Llegan momentos en la vida de uno en que el Señor Dios nos habla para informarnos acerca de su plan. Es solo cuestión de poder escucharlo, asique presten atención a su mandato:

En el principio de los principios Dios creo a los alumnos de Letras y bendijo a la UCA con todos sus dones. Letrados, ¡oh alabad al Señor por su bondad y compasión! ¡Entended que la deficiencia mental de la secretaría es sólo una muestra de su futuro, una alusión a su porvenir como poetas inútiles! No os quitéis los anteojos, aquellos que son opio para vuestra salud, que sino no veréis nada, y serán cegados por la luz de la verdad. No os paniqueís si los finales se suspenden (aquí el “se” utilizado de manera impersonal, porque no hay agente culpable de ello), guardad la calma para otros momentos, para cuando verdaderamente la necesitéis, para cuando se vean sentados en un banco, rodeados de miserias y verdades, verdades que no sirven más que para patearnos el trasero y hacernos revolcar en nuestra conciencia alborotadamente. No os ofendáis si no hay dinero para pagar las sillas del aula, el pan caerá del cielo y ustedes lo levantarán arrodillados y entonces olvidarán las sillas, olvidarán el propósito de su carrera y caerán en el profundo existencialismo angustioso (ese que Sartre dijo que era un humanismo). Todo esto y mucho más, por haber obrado mal a los ojos de Rostom y no haber leído la Biblia, que reza “Odiad a todos los mariquitas y permaneced virgen para evitar la confusión, esto por el resto de sus días. Amén”